REDUCCIÓN DE LA JORNADA LABORAL EN AMÉRICA LATINA: AVANCES Y RETROCESOS EN LA REGIÓN

Varios países de América Latina avanzan hacia la implementación de una jornada laboral semanal de 40 horas, en línea con estándares internacionales que promueven el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Chile es hoy el país que lidera este cambio, tras haber aprobado una ley que reduce gradualmente la carga horaria, con fuerte respaldo tanto de sindicatos como del sector privado. La medida busca mejorar la productividad, reducir el estrés laboral y fomentar una mejor distribución del tiempo en familia.

Colombia, México y Brasil también analizan reformas similares, con proyectos en distintas etapas del debate legislativo. La tendencia responde a una creciente demanda de los trabajadores por condiciones laborales más humanas y adaptadas a las realidades del siglo XXI.

En contraste, Argentina muestra un panorama diferente. El presidente Javier Milei ha decidido frenar los avances que se habían dado en el Congreso respecto a la reducción de la jornada laboral. Argumenta que estas medidas podrían afectar la competitividad y dificultar la generación de empleo. La decisión ha generado críticas por parte de sectores sindicales y de organizaciones laborales, que reclaman que el país no quede rezagado frente al contexto regional.

El debate sigue abierto y plantea un interrogante clave: ¿puede América Latina mejorar la calidad del trabajo sin poner en riesgo su desarrollo económico?